Un Verdadero Gran Reformador Médico, Religioso y Social del Siglo XVI
Instructor espiritual
Para él medicina y religión se entrelazaban perfectamente y, tal como dijimos anteriormente, no debía ser extraño oír, en las asiduas clases sobre medicina que daba por las ciudades por donde pasaba, conceptos y explicaciones o historias ligadas a la religión o, por lo menos, a los libros sagrados. Son muchos los testimonios que nos hablan de que Paracelso ejerció de predicador religioso entre las multitudes, sobre todo desde que aterrizó en Salzburgo en 1524, en plena crisis social campesina. En esta ciudad no dudaría en dirigirse a las masas campesinas, si convenía en tabernas u otros lugares públicos, como calles y plazas, reclamando justicia social basada en principios cristianos y bíblicos. 1 Y fue en esta ciudad donde empezó a hacer públicos sus escritos religiosos, que él mismo distribuía a la gente de la ciudad. Más adelante, continuaría sus discursos “espirituales” al menos en Nuremberg, Beratzhausen, San Galo y en la tierra de Appenzell. 2 Escribió su primer trabajo monumental sobre teología cuando se encontraba en Alsacia, en 1528. Fue una interpretación de los salmos de David. 3 Recordemos que, como obra específicamente religiosa suya, se conservan un buen número de monografías teológicas, comentarios bíblicos, sermones, trabajos sobre la Eucaristía y sobre la Virgen María. No hay duda de que Paracelso pensó largo y tendido sobre el cristianismo y la espiritualidad en general. Muchas de sus obras, que posteriormente hemos calificado como “filosóficas”, “alquimistas” o “mágicas”, contenían un componente espiritual innegable y son imprescindibles para entender el pensamiento religioso paracelsiano. No por casualidad, según Paracelso, ciencia y espiritualidad forman una unidad.
Era bastante lógico que la Iglesia católica lo acabara considerando hereje. Desde que vivió en Salzburgo, entre 1524 y 1525, tuvo problemas con las autoridades religiosas cuando estas consideraron polémicos sus escritos sobre la entonces explosiva situación social de la ciudad. Él mismo puso de manifiesto sus conflictos con la Iglesia en este período en su tratado Sobre los siete puntos de la idolatría cristiana. 4 Aunque creemos que nunca peligró su vida a causa de estos conflictos, después de su muerte, sobre todo después de la contrarreforma de la Iglesia católica que surgió del Concilio de Trento en 1564, cuando la intolerancia religiosa creció muchos enteros, su figura y su obra fueron rechazadas por el catolicismo oficial, que lo acusó al menos de panteísta, neoplatonista, gnóstico, filósofo hermético y arriano.
Filósofo del fuego
La Iglesia católica no podía aprobar afirmaciones contundentes de Paracelso sobre la fe: “La creencia no es la fe… Dios no nos quiere crédulos ni tontos… Tenemos que aprender a conocer a Dios y únicamente lo podemos conseguir mediante la adquisición de sabiduría. Para ello necesitamos el amor de Dios, pero éste sólo nacerá en nuestros corazones si sentimos un gran amor por la humanidad”. 5 Aunque se puede afirmar que él no estuvo nunca condicionado por ningún tipo de “ismo” o filosofía, ciertamente las ideas filosóficas de Paracelso tenían conexión con los movimientos heterodoxos del catolicismo que hemos mencionado al final del último párrafo. El panteísmo es evidente en su idea según la cual las Virtudes y “Arcana” en la Naturaleza son emanaciones directas de la divinidad y lo increado. 6 Por otra parte, Paracelso también tuvo mucha conexión con el neoplatonismo, que tanta relación tuvo con la cábala, la alquimia, la astrología, la magia y con el mismo panteísmo, pues los neoplatonistas creían que el principio de todo lo existente es la unidad absoluta, el Uno, realidad suprema, de la que surgen todas las demás realidades por emanación. Recordemos que en su viaje a Egipto, hacia 1521, visitó Alejandría y allí encontró de primera mano al menos dos tradiciones místicas que informaron en buena medida su filosofía: neoplatonismo y gnosticismo, dos corrientes que bebieron de las aportaciones filosóficas, sobre todo de Platón, y también de pensadores como Pitágoras, Aristóteles o Zenón, a la vez que estuvieron influidas por aspiraciones místicas de origen hindú. 7
Sin embargo, y como ya hemos comentado, no se encontró solo en Europa cuando posteriormente defendió estas filosofías, a partir de mediados de la década de los veinte. El entusiasmo humanista por los textos antiguos que inundó toda Europa a principios del siglo XVI hizo florecer el neoplatonismo en este continente. Además, la tradición gnóstica, conservada a través de escritos alquímicos y mágicos durante la época medieval, estaba aún viva en Europa en aquellos tiempos. Magia natural, astrosofía, correspondencias microcósmicas, alquimia y la visión de Unidad en todos reinos de la creación eran ideas ampliamente valoradas durante el Renacimiento. 8 Con lo cual no fue poca la gente con quien Paracelso sintonizó espiritual o filosóficamente. Sobre todo en los círculos humanistas que frecuentaban filósofos como Nicolaus Cusanus, Ficino, Pico, Reuchlin, Jacobus Faber Stapulensis, Bovillus, Trithemius o Agripa. 9 También en este sentido Paracelso fue un verdadero representante del Renacimiento. Más adelante los escritos teológicos de Paracelso tendrían influencia en los místicos cristianos, desde Jacob Boehme a los románticos y naturofilósofos como Novalis, Goethe o Rudolf Steiner. 10
Fueron los mismos que se sintieron atraídos por la espiritualidad oriental. De hecho, tal como ya hemos señalado anteriormente, hay mucha similitud entre el sistema científico o filosófico paracelsiano y el de los adeptos orientales. Según Hartmann, si comparamos las enseñanzas de los sabios orientales con la cosmología enseñada por Paracelso, y sustituimos los términos sánscritos o tibetanos usados por los primeros por aquellos inventados por este último, encontramos los dos sistemas casi, si no totalmente, idénticos. 11 Según K. P. Kumar, las enseñanzas cosmológicas de Paracelso contienen la sabiduría de los antiguos en todas sus dimensiones. 12 Paracelso pudo haber sido iniciado por maestros de ocultismo orientales en sus viajes juveniles. Hemos hablado antes de sus contactos con chamanes tártaros. En cualquier caso, seguro que tuvo acceso a las escuelas de misterio en torno a Salzburgo, 13 donde se impartían enseñanzas procedentes de Oriente. La información que dio Paracelso respecto a los siete principios del hombre, las cualidades del cuerpo astral, los elementarios terrenales, etc., era entonces enteramente desconocida en Occidente. Gracias a Paracelso y a sus discípulos posteriores, a quienes se llamará filósofos del fuego, 14 estas enseñanzas se difundieron por toda Europa durante los siglos posteriores. Serán las mismas enseñanzas que la teósofa Helena P. Blavatsky y sus seguidores, basándose en adeptos orientales, harán públicas a partir de finales del siglo XIX a través de libros como Isis sin velo, La Doctrina Secreta o Budismo esotérico. 15
Continuará…
Contacto:
Bibliografía:
1. BALL, Philip:TheDevil’s Doctor. Paracelsus and the world of Renaissance magic and science, Nueva York: F.S.G., 2006: p. 123
2. PAGEL, Walter:Paracelsus.An introduction to Philosophical Medicine in the Era of the Renaissance, Basilea (Suiza): Karger, 1982: p. 25; BALL, Philip, The Devil’s Doctor….:232
3. Museumofthe Ancient Baths of Pfäfers, St. Gall, 1987: p. 109
4. BALL, Philip,TheDevil’s Doctor….:134-135
5. RIVIÈRE, Patrick:Paracelso. Médico-alquimista, Barcelona: DeVecchi, 2000: pp. 42-43
6. PAGEL, Walter,Paracelsus…:42-43
7. BALL, Philip,TheDevil’s Doctor….:97
8. PAGEL, Walter,Paracelsus…:203
9. PAGEL, Walter,Paracelsus…:39
10. BALL, Philip,TheDevil’s Doctor….:119
11. HARTMANN, F.:Thelife of Paracelsus, London: Kegan Paul, Trench, Trübner & Co., s.f.: p. 50.
12. KUMAR, K.P.: Paracelsus. The initiate. Conferencia dada en diciembre de 1999 en Einsiedeln (Suiza). (inédito)
13. KUMAR, K.P.,Paracelsus…
14. KUMAR, K.P.,Paracelsus…
15 HARTMANN, F.,Thelife of Paracelsus…:4
“… el amor solamente nacerá en nuestros corazones cuando sintamos un gran amor por la humanidad.”
Los comentarios están cerrados.