Filosofía Ayurvédica
La Medicina Ayurvédica tiene sus raíces en la filosofía védica. Para entender el Ayurveda en sus aspectos profundos, es importante conocer los antecedentes filosóficos.
Filosofía Sānkhya
El Ayurveda se basa en la filosofía india Sānkhya, cuyo autor es el gran sabio Kapila. Kapila es considerado un descendiente de Manu. La filosofía Sānkhya describe cómo todo el universo se forma a partir de Purusha, el espíritu primordial, y de Prakriti, la naturaleza primordial. Todo surge de la unión de estos dos principios básicos.
Purusha y Prakriti
Cuando Purusha y Prakriti no se manifiestan, se les llama Brahman, «el universo no revelado, la conciencia absoluta». Este estado también se llama Avyakta, que significa no manifestado. Una vez que Purusha y Prakriti se unen, todo el universo se forma gradualmente a partir de Prakriti, la madre divina.
Además, en otras escrituras sagradas como el Zohar, la obra principal de la Cábala, la emanación de estos dos principios se describe de la siguiente manera: «Hokhmah Sabiduría es el padre y Binah Mente es la madre. Y cuando se unen -una con la otra- dan a luz y se propagan y emanan la verdad… Cuando se combinan el uno con el otro, el Yod en el He, se impregnan y dan a luz un hijo, y por eso se llama Binah, mente. Significa BeN YaH, es decir, hijo de YaH. Esta es la plenitud del todo». GLII, 89
Estos dos principios supremos y eternos -la mente primordial y la materia primordial- están, pues, presentes en todo ser humano y constituyen la base de todos los seres vivos. Son imperecederos y persisten más allá de la muerte. En la medicina Ayurvédica, el conocimiento del origen del hombre es esencial para mantener la salud y curar las enfermedades.
Mahat – La Inteligencia Cósmica
A través de la fusión con Purusha, Prakriti se hace consciente y a través de esta conexión surge la inteligencia cósmica, nace Mahat. Mahat, o maha-buddhi, tiene conciencia de sí mismo. Esta suprema inteligencia activa está presente en cada célula. Cada célula del cuerpo tiene su propio orden, estructura y tarea. Por ejemplo, la célula del hígado tiene su propia tarea y función, que es diferente de la célula del hueso o de la célula del músculo del corazón. Cada célula sabe lo que necesita y lo que no gracias a su propia inteligencia inherente. Es esta inteligencia la que transporta un remedio curativo ingerido precisamente a su lugar de acción. Esto se llama inteligencia celular. Estas inteligencias fluyen entre las células y se comunican entre sí. Así, se produce un intercambio permanente. Este flujo de inteligencias también se llama prana, qi o fuerza vital. Por lo tanto, todo está conectado de una manera maravillosa.
Incluso la ciencia descubrió en el siglo XX que existe un campo de energía en el espacio vacío. Max Planck, el fundador de la física cuántica, dijo que la existencia de este campo lleva a suponer que hay una fuerza inteligente detrás del mundo físico. «Así, detrás de esta fuerza (que percibimos como materia) debemos suponer una mente consciente e inteligente».
«Este espíritu es la base primordial de la materia, no la materia visible, pero perecedera, es el verdadero (origen) real, porque
esta materia, como ya hemos visto aquí, no existiría en absoluto sin este espíritu, pues el espíritu invisible e inmortal es la verdad. – Pero como el espíritu no puede existir como tal, y todo espíritu pertenece a un ser, debemos suponer necesariamente seres-espíritu. Pero como los seres-espíritus no pueden ser por sí mismos, sino que deben ser creados, no temo llamar a este misterioso creador tal como lo han llamado todas las civilizaciones de la tierra de los milenios anteriores: DIOS». (Max Planck: «La esencia de la materia», conferencia en Florencia, 1944).
Albert Einstein también estaba convencido: «Como todos los seres, el hombre forma parte del conjunto que llamamos ‘universo’ y -observado puramente desde fuera- está limitado por el espacio y el tiempo. Se experimenta a sí mismo, sus pensamientos y sentimientos como algo separado del resto, una especie de ilusión óptica de su conciencia. Esto es como una prisión que limita nuestros propios deseos y afectos a unas pocas personas con las que tenemos menos que ver. Nuestra verdadera tarea es liberarnos de esta prisión ampliando el círculo de nuestra compasión y cuidado a todos los seres y a la naturaleza en toda su belleza. Aunque no lo consigamos del todo, la propia búsqueda de este objetivo es una parte de la liberación y la base para alcanzar el equilibrio interior.» (de: «Mi visión del mundo»)
La ciencia actual confirma lo que la filosofía védica siempre ha enseñado y en lo que se basa la medicina ayurvédica.
Así pues, Mahat es la inteligencia cósmica que lleva dentro los gérmenes de todo lo que se manifiesta. Esta conciencia cósmica también existe en el hombre, allí se llama Buddhi. Buddhi es nuestra percepción, nuestra capacidad de distinguir entre lo real y lo irreal.
Ahamkāra – El Ego
La inteligencia cósmica, es el siguiente paso en la creación, para crear la inteligencia individual, surge Ahamkāra: la «conciencia del yo, el ego». Aquí surge la sensación del «yo» y este «yo» se convierte cada vez más en el centro. Este «yo» tiene la capacidad de pensar lógicamente, el intelecto y la conciencia individual. Nuestra sensación de un «yo» individual, nos separa cada vez más del todo, de la unidad de la vida. Mahat es el principio cósmico universal, la conciencia cósmica y Buddhi es el cuarto nivel de conciencia, el principio individual.
Las Tres Gunas
Las tres cualidades universales básicas, las tres gunas – sattva, rajas, tamas – provienen de Prakriti. Toda la creación está impregnada de estas tres cualidades básicas.
Cuando nos despertamos por la mañana, tomamos conciencia de nuestro Ser gracias a sattva. Antes de estar despiertos, no sabemos conscientemente que existimos. Cuando estamos despiertos, empezamos a planificar el día, siendo creativos y activos, de lo que es responsable rajas. Por la noche, cuando estamos cansados, trabaja tamas. Así es como las tres fuerzas se mueven y trabajan en nuestro interior. Influyen y afectan a nuestra psique y a nuestro cuerpo.
Sattva, Rajas y Tamas
Sattva es el principio de la esencia pura de la luz, la sabiduría, la acción correcta y la intención espiritual.
Rajas es el principio del movimiento, el cambio, la excitabilidad, la creatividad, la pasión, la lujuria y el deseo.
Tamas es el principio de la inactividad, la torpeza, la indiferencia, la oscuridad y la confusión.
Estas tres cualidades influyen en nuestra mente y nuestro cuerpo. Están presentes en cierta medida en todas las partes de la creación. Hay cosas que consisten más en sattva y otras más en tamas o rajas. Dependiendo de cuánto de las cualidades individuales están presentes en algo, la calidad de las cosas individuales lo determina todo.
La interacción de Sattva y Rajas
En su camino hacia la materia, las tres cualidades combinan un número infinito de variaciones y gradaciones. Rajas es la fuerza vital activa y representa el impulso de la creación en el nivel más alto. A través de rajas, la conciencia se convierte en materia. Sattva y tamas son energías inactivas. Rajas se desplaza hacia sattva y tamas y activa las dos. Así, a partir de sattva surgen el Karmendriya orgánico (5 Sentidos que actúan) y el Jnanendrya (5 Sentidos que perciben) y el Manas (mente, psique):
Manas
La mente es el órgano que tiene la capacidad de controlar la función de los órganos sensoriales y motores. La mente (manas) está por encima de los sentidos. Tiene la capacidad de cognición y acción. Los sentidos sólo pueden percibir sus objetos si se apoyan en manas.
Jnanendriya – Las 5 percepciones o actividades de los sentidos
Los 5 órganos sensoriales: Localización:
- Oído Oídos
- Tacto Piel
- Vista Ojos
- Gusto Lengua
- Olfato Nariz
Se crean mediante la conexión de los órganos sensoriales, los objetos sensoriales, la mente y el yo. Son temporales y dependen del órgano sensorial concreto al que se dirige la atención de la mente.
Karmendriya – Sentidos que actúan
- Hablar
- Agarrar
- Caminar
- Excretar
- Reproducirse
The interacción de Tamas y Rajas
Tamas es activado por rajas, y esto es el resultado de los cinco Tanmātrās inorgánicos (percepciones sutiles). Son sutiles y normalmente no se pueden percibir. Son las gunas (cualidades) de los cinco Mahābhūtas (elementos).
Tanmātrās – Percepciones sutiles
Los 5 objetos de los sentidos son:
- Sonido (Śabda) – causes éter (Ākāśa)
- Tacto (Sparśa) – causes el aire (Vāyu)
- Forma/color (Rūpa) – causa el fuego (Agni)
- Gusto (Rasa) – causa el agua (Āpas)
- Fragrancia u olor (Gandha) – causa la tierra (Pṛthivi)
Los 5 Mahābhūtas – 5 elementos
Los 5 elementos de los órganos sensoriales son:
- Éter (Ākāśa)
- Aire (Vāyu)
- Fuego (Agni)
- Agua (Āpas)
- Tierra (Pṛthivi)
Los cinco elementos emanan de tamas y las tres gunas están incluidas en ellos.
- La tierra es predominantemente tamas.
- El agua es tamas y sattva.
- El fuego es principalmente rajas y también sattva.
- El aire es rajas y sattva.
- El éter es sattva puro.
Los cinco elementos (Mahābhūtas) evolucionan sucesivamente y contienen el Tanmātrā correspondiente, más los correspondientes Tanmātrās precedentes.
El éter surge de Śabda (sonido) Tanmātrā.
El aire surge de Śabda y Sparśa (tacto) Tanmātrā.
El fuego surge de Śabda, Sparśa y Rūpa (forma) Tanmātrā.
El agua surge de Śabda, Sparśa, Rūpa y Rasa (gusto) Tanmātrā.
La tierra surge de Śabda, Sparśa, Rūpa, Rasa y Gandha (olor) Tanmātrā. (Ca.Sū VIII, 1-14)
En el Bhagavad Gita, el Señor Krishna enseña: «Las tres grandes cualidades, sattva, rajas y tamas -luz o verdad, pasión o deseo, indiferencia u oscuridad- se originan en la naturaleza y atan el alma imperecedera al cuerpo.
De ellas, sattva, que ilumina por su brillo y paz, ata por su deseo de felicidad y conocimiento. Sabed que rajas tiene la naturaleza del deseo y genera sed y lujuria; aprisiona al ego por las consecuencias que surgen de los actos.
La cualidad tamas, producto de la indiferencia en la naturaleza, es la seductora de las criaturas; aprisiona al ego en el cuerpo a través del descuido, el sueño y la inercia….
Cuando el yo encarnado trasciende estas tres cualidades básicas de bondad, actividad e indiferencia, que existen junto con el cuerpo, se libera del nacimiento y la muerte, la vejez y el dolor, y bebe del agua de la inmortalidad». (BG, cap. 14).
La filosofía Sāṃkhya describe así el origen de la creación y la vida. 24 principios autoformadores de la quíntuple naturaleza (Prakriti) forman la morada de (Purusha). Un viaje desde la conciencia más elevada hasta la materia. La duración de los 24 principios formadores se llama tiempo, que se cuenta como el 25º principio. Este proceso de creación es una sucesión infinita de ciclos cósmicos de manifestación (Sṛṣṭi) y disolución (Laya). La conciencia divina universal más elevada se despliega a través de los 24 principios. Este conocimiento forma la base de todo el Ayurveda. Forma la base de la vida, la salud, la enfermedad y la muerte. Se dice que el conocimiento ayurvédico es de origen divino, y tan antiguo como la humanidad misma.
Continuará…
Contacto:
Sabine Anliker
Naturópata con Diploma Suizo (Federal) en Medicina Ayurvédica
Master en Medicina Ayurvédica
Ruopigenplatz 8
CH-6015 Lucerne/Switzerland
Bibliografia:
Caraka Samhitā, (CS). (2018 reprint). Sūtrasthāna (Sū.), Vol. I, Chowkhamba Sanskrit Series Office, Varanasi, India
Planck, Max. (1944). «The essence of matter», Lecture in Florence/Italy
Einstein Albert. (1905). «My World View»
Bhagavad Gita (BG), Chapter 14
Blavatsky, Helena. The Secret Doctrine(GL), Vol.II, Anthropogenesis, Publishing House J.J. Couvreur-Den Haag, Netherlands
Lad, Vasant.(2012). Doctrine of Ayurveda, Vol..1, Narayana Publishers
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