Organon – El Arte de la Curación
§ 237
Cuando el periodo de apirexia sea muy corto, como sucede en algunas fiebres muy graves, o si dicho periodo fuese alterado por algunos de los sufrimientos, subsecuentes del paroxismo anterior, la dosis del medicamento homeopático debe administrarse cuando el sudor o los otros fenómenos resultantes del paroxismo que termina, empiezan a disminuir.
En algunos casos de enfermedades intrincadas, el lapso de tiempo entre dos paroxismos es mucho menor. Antes de que disminuyan los efectos secundarios del primer paroxismo, también puede surgir el siguiente paroxismo. En tales casos, el medicamento debe ser administrado en la etapa de declinación del último síntoma como la transpiración, etc., del primer paroxismo.
Explicación
Cuando las enfermedades palúdicas son graves y violentas o si se han apoderado del cuerpo por un largo tiempo, la violencia de los dos ataques aumenta y el período de intervalo disminuye. Dos ataques pueden estallar en el mismo día o dentro de pocas horas. Entonces, cuando el último síntoma del primer ataque empieza a disminuir, se debe administrar el medicamento.
§238
No pocas veces una sola dosis del medicamento apropiado ha destruido varios ataques y restablecido la salud, pero en la mayoría de los casos debe administrarse otra dosis después de cada ataque. Sin embargo, es todavía mejor, cuando el carácter de los síntomas no ha cambiado, repetir sin ninguna dificultad dinamizando cada dosis sucesiva con 10-12 sucusiones del frasco conteniendo la sustancia medicinal que fue administrada, conforme al más reciente descubrimiento de la repetición de las dosis. No obstante, a veces hay casos, aunque raros, en que la fiebre intermitente vuelve después de varios días de haber cesado. Este retorno de la misma fiebre después de un intervalo de salud, sólo es posible cuando el principio morboso que la produjo primero está todavía obrando sobre el convaleciente como sucede en las regiones pantanosas. En este caso la curación permanente sólo puede tener lugar, a menudo, apartando al sujeto de este factor causal, buscando un lugar montañoso para habitar, si la causa de la fiebre fuese la región pantanosa.
Muy a menudo, una sola dosis detiene tal paroxismo y restaura la salud. En algunos casos, no es así. Se requiere la repetición del mismo remedio después de cada ataque en potencias gradualmente crecientes hasta el momento que se cambie la totalidad del ataque. La recurrencia de las fiebres intermitentes es posible en algunos casos después de un largo tiempo. Esto sucede sobre todo en las fiebres palúdicas. Ya que el origen de la enfermedad es más profundo que la fuerza de la medicina, la enfermedad se encuentra latente durante mucho tiempo y de nuevo se desata.
En tales casos, en lugar de crear una confrontación en el cuerpo entre la enfermedad y el medicamento, es deseable cambiar al paciente a una región montañosa, es decir, alejándose del factor causativo.
§ 239
Como casi todos los medicamentos producen en su acción pura una fiebre peculiar y especial, y aún una forma de fiebre intermitente con sus períodos alternantes, distinta de las otras fiebres causadas por otros medicamentos, puede encontrarse en la extensa lista de medicamentos el remedio homeopático para las numerosas variedades de fiebres intermitentes naturales y, para muchísimas de éstas, aún entre la cantidad moderada de medicamentos experimentados ya en el individuo sano.
Cualquier medicamento potente tiene la cualidad de producir un tipo distinto de fiebre como parte de su totalidad. Durante la causa de aparición y declinación, algunas etapas alternantes ocurren, lo que significa que algunos síntomas disminuyen en un orden irregular en lugar de hacerlo en el orden de ocurrencia. Así que cada medicamento potente tiene la capacidad de reducir las fiebres intermitentes. Además, cada medicamento tiene sus propias cualidades individuales. Del mismo modo que no hay dos tipos de árboles que resistan igual, no hay dos medicamentos que contengan semejanza completa. A medida que el número de medicamentos comprobados aumenta, la cura de todo tipo de enfermedades intermitentes se hace posible.
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