La Terapia del Movimiento de la Medicina Antroposófica
Como humanos estamos constantemente en movimiento. Incluso las rutinas cotidianas más pequeñas se imponen a través de movimiento: subimos escaleras, abrimos cortinas, prepara la mesa e ingerimos el alimento a través de movimientos. Pero, ¿sabemos exactamente cómo sucede todo esto? La mayoría de las veces simplemente lo hacemos, sin reflexionar cómo funciona realmente la organización de los movimientos.
Encontramos procesos de movimiento muy complejos, no solamente en los movimientos externos del cuerpo ejecutados por medio de las extremidades o de la cabeza; sino también interiormente. Los procesos del corazón-aparato circulatorio como también los procesos de respiración, del metabolismo o los movimientos de los órganos internos, son rítmicos.
También los movimientos del alma, como la felicidad o el dolor, estar cómodo o muy tensionado, son movimientos. Incluso pensar es un movimiento íntimo, profundamente interno; ya sea que pensemos de forma simple o muy complicada, llegando a un resultado después de muchos rodeos. Todos estos pasos del movimiento están profundamente correlacionados.
Movimiento humano en desarrollo
Después del nacimiento, los movimientos del bebé todavía no están bajo control. Con el tiempo, aprende a coordinar los ojos y tomar cosas con las manos, Después de gatear, el niño comienza a enderezarse, a mantener el equilibrio y aprende a pararse y caminar.
Los animales son capaces de adquirir laboriosamente todo lo que necesitan, poco después de haber nacido. Después de caminar, se desarrolla el lenguaje. Este proceso refinado exige habilidades motoras finas y se basa en las habilidades sensoriales motrices gruesas. La capacidad de hablar conlleva una vez más al desarrollo de la mente; los movimientos se hacen más finos, más internos. Es un proceso causal interdependiente: caminar, hablar, pensar como lo describe el Dr. Karl König en «Los tres primeros años del niño.»
Movimiento, palabra, música
La correlación entre caminar, hablar y pensar es la base de la euritmia. El cuerpo humano, la facilidad de movernos en el juego armónico entre la pesadez y la ligereza se convierte en una expresión de la palabra y de la música y los procesos de pensamiento subyacentes. El movimiento, la palabra y la música, siendo tres formas originales de expresión, se combinan en una unión.
Instantáneamente reconocemos a cada ser humano por su voz. Y lo reconocemos por sus expresiones individuales, expresiones de movimiento, dicción. El lenguaje corporal no ha llegado a ser significativo hoy en día, sin razón. Los animales dependen de patrones específicos de movimiento: todos los gatos se mueven similarmente, cualquier clase de ave tiene cierto patrón de movimiento de las alas.
Sólo el hombre puede aprender a ocuparse conscientemente de sus movimientos. Puede practicar movimientos e incluso realizar acrobacias. Por medio de los movimientos también podemos aprender cómo siente y piensa otro ser humano: la postura y la secuencia individual de movimientos lo exhiben.
A través de la euritmia hacia los movimientos conscientes
Cuando se practica euritmia, podemos introducirnos completamente en la ley física del cuerpo, las correlaciones anatómico fisiológicas de nuestra forma, así como las leyes de la palabra y de la música. Allí experimenté una tremenda armonía, como debería ser aquí el movimiento real del hombre. Aquí, la pesadez y la ligereza juegan juntas en equilibrio. Es una manera holística de movimiento en el cual el cuerpo, el alma y la mente resuenan juntos.
Los deportes promueven energía, fuerza y resistencia. La euritmia agrega el poder creativo de expresión que vive oculto en cada ser humano. En mi opinión, una expresión muy adecuada de música y movimientos, es posible a través de este arte del movimiento. Con la euritmia, puedo mostrar cómo una melodía asciende o desciende, cómo se condensa y descompone nuevamente o cómo una composición se expresa a través de los colores de las armonías.
También la palabra se puede expresar adecuadamente por medio de la euritmia. Aprendo a permear todo movimiento más conscientemente, lo que fortalece la voluntad. Pero también aprendo a experimentar la música y la palabra de una manera más profunda. Con esto, el alma crece; crece hacia estados de madurez y de abundancia. La alegría se desarrolla, permitiendo una percepción más amplia de todos los movimientos que nos rodean, en la naturaleza, los animales y humanos, en las nubes o en las estrellas. Al practicar constantemente la euritmia con otros, se pueden adquirir habilidades sociales como la percepción mutua, la sensibilidad y el autocontrol, así como también la capacidad de trabajar en equipo y de cooperar.
La euritmia es un camino y una práctica tal vez conectada a un montón de trabajo; pero también a la alegría, la clave para volver a experimentar al hombre holísticamente.
Publicado en la revista “Quinte“, Vol.16; www.quinte.ch
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